Prevención en salud ¿Por qué es importante?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Es decir, la salud es una condición de bienestar que va más allá de la ausencia de enfermedad.


“La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada.” A. Schopenhauer


La salud es el bien más preciado de los que poseen las personas, ya que su ausencia impide la consecución de cualquiera de los demás. Por ello, es en el cuidado de la salud y en la prevención de enfermedades donde hay que poner toda la atención y todos los recursos. En la mayoría de las ocasiones, con simples esfuerzos diarios se pueden prevenir muchos padecimientos. Estos esfuerzos, en poco tiempo, llegan a convertirse en una rutina de vida que se realiza de manera automática sin suponer ninguna dificultad. Así que toma nota de estos consejos y verás qué importante y fácil es cuidar la salud.


¿Cómo cuidar la salud?


Tener un buen estado de salud o no, depende de multitud de factores. En ocasiones existen unos componentes hereditarios (genéticos) que no son modificables, pero la mayoría de los factores de riesgo se pueden prevenir adoptando un estilo de vida saludable. Cuidar la salud es fácil si seguimos los siguientes consejos:


1. Dieta sana y equilibrada


Mantener una dieta equilibrada es la clave a la hora de cuidar la salud. Se deben evitar los azúcares refinados y todos aquellos productos excesivamente edulcorados, así como las grasas saturadas y las grasas trans. Para ello, es importante combinar de forma efectiva la ingesta de proteínas (pescados, carnes), grasas (aceite, mantequilla) e hidratos de carbono (frutas, verduras, pasta, pan). Asimismo, es fundamental beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
Se deben controlar las cantidades y comer en función a lo que necesite el cuerpo de cada uno (según su consumo de energía).


2. Buena higiene


Es importante lavarse bien las manos, mantener una buena higiene bucal, etc. Pero cuando hablamos de higiene también cabe recordar la importancia de la higiene postural. En el día a día presta atención al modo en que te sientas y la manera en la que realizas esfuerzos al coger peso. Utiliza una buena almohada y un buen colchón; ayudará a mantener saludables huesos y músculos.


3. Ejercicio de manera regular


El ejercicio moderado fortalece el corazón, mejora la circulación y ayuda a eliminar toxinas entre otros muchos beneficios. Es importante practicar ejercicio de manera regular y acorde con la edad. La OMS recomienda al menos 30 minutos diarios de ejercicio para evitar problemas de salud. Como ejercicio diario podemos entender también el subir por las escaleras o caminar en vez de coger otro transporte. ¡Así de fácil!


Y ¡Ojo! porque en las estaciones frías es especialmente importante hacer deporte. La hormona serotonina se alimenta de luz solar, por lo que cuando esta disminuye debemos activarla de otro modo, por ejemplo, con la actividad física. Tan importante es hacer ejercicio en las épocas de menor luz como abrigarse correctamente tras la sudoración y evitar de nuevo un cambio brusco de temperatura.


4. Evitar el consumo de sustancias tóxicas


Nos referimos al consumo del tabaco, el alcohol o a cualquier otro tipo de droga.


5. Crear un buen ambiente a nuestro alrededor


Crear un buen ambiente se consigue fomentando las relaciones personales sanas, evitando el estrés, etc.


6. Disponer de momentos para relajarse


Es importante tener momentos de relajación, de pensar en otras cosas que se escapen de la rutina y las preocupaciones diarias. Todo esto minimiza la aparición del estrés y de sus síntomas.


Además, es importante que busques momentos para relajarte al aire libre. La exposición al sol es vital, ya que los rayos de luz solar alimentan el bienestar de nuestro sistema. De todos modos, siempre con precaución ya que según avance el otoño, podemos vernos más expuestos a los rayos ultravioletas de tipo A (UVA) que en verano, cuando son más altos los de clase B (UVB).


7. Chequeos médicos


Las revisiones médicas periódicas son la mejor manera de controlar nuestro estado de salud y poder responder a tiempo ante cualquier posible incidencia. Piensa que para curar una enfermedad no hay mejor remedio que atacar en sus estadios más tempranos. 


8. Asegurar el buen descanso


El cerebro y el sistema nervioso necesitan reducir su actividad, descansar y depurarse para poder continuar con su funcionamiento a pleno rendimiento. Esto se consigue con el sueño. Cada persona puede tener un número óptimo de horas que debe cumplir y que suele estar entre las 6 horas y media y las ocho horas.


Presta atención al modo en que te sientas, utiliza una buena almohada y un buen colchón; ayudará a mantener saludables huesos y músculos.


9. Cuidar los tiempos


Nuestro organismo funciona de forma cíclica y se habitúa de manera automática a realizar ciertas funciones en ciertas horas del día y las realiza así día tras día de manera involuntaria. Cuando de manera voluntaria se cambian esos hábitos ciertas funciones se realizan con menor rendimiento por lo que es aconsejable hacer coincidir los actos involuntarios con los voluntarios, realizando siempre que sea posible las comidas a las mismas horas todos los días, siempre la misma hora de acostarse y levantarse, etc.


10. Ejercitar la mente


Mantén la mente ocupada con lectura, crucigramas, acertijos o ejercicios de memoria, porque además de ayudar al cerebro a mantenerse despierto, activo y en buena forma, también ayuda a desconectar de la rutina.


¿Qué ocurre si no me cuido?


La enfermedad influye en la pérdida de calidad de vida, puede mermar las capacidades del paciente y alterar su vida cotidiana y la de los familiares y amigos que le rodean.


No seguir las recomendaciones de un estilo de vida saludable puede aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer, enfermedades infecciosas o enfermedades psiquiátricas como la depresión o la ansiedad.


Según los expertos, el 80% de las enfermedades cardiovasculares – hipertensión arterial, colesterol, diabetes, etc. – y un tercio de los cánceres, podrían prevenirse llevando a cabo unos hábitos de vida saludable.

 

Tomado de: blog.aegon.es



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